Autoridades
Titular:
Dr. Maximiliano Francisco Benítez
Secretaria:
Dra. María Silvana Spais
Coordinador de los Equipos Técnicos:
Lic. Alejo de Zan
¿Qué es el Dispositivo de Referentes de Cuidado y Acompañamiento?
Es una iniciativa pensada para brindar apoyo a aquellos/as niños, niñas y adolescentes cuya situación ha sido enmarcada como Fortalecimiento del Proyecto Autónomo de Vida (FPAV). Esto supone -a priori- que permanecerán institucionalizados hasta su mayoría de edad.
Propone ofrecer una figura de cuidado y acompañamiento que brinde los apoyos necesarios que cada NNA requiera para acompañar y fortalecer su autonomía. Para ello se tendrá en cuenta en forma prioritaria su opinión, edad, grado de madurez y espacios de escucha acordes a su situación.
Podrá abarcar diferentes aspectos o actividades de la vida de la persona menor de edad, como ayudarla con sus actividades escolares y recreativas o asistirla en tratamientos de salud.
Es central que la persona referente esté cerca del lugar en que el niño se aloja o en donde se prevé su egreso. Requiere de una instancia de vinculación progresiva que tienda a generar la confianza y el afecto necesarios.
No es incompatible con otras políticas públicas o figuras para acompañar procesos de autonomía y egreso, como los programas de Egreso Asistido (PAE) y Andando.
¿Cómo funciona?
El MPD lleva un registro de personas que tengan la aptitud de asumir el acompañamiento y cuidado estable. En articulación con el Copnaf, desarrolla espacios de capacitación para quienes soliciten su inscripción y realiza campañas de difusión en forma periódica.
Posteriormente, evalúa a las personas interesadas, a través de la intervención de un equipo interdisciplinario. Junto con Copnaf, aborda la situación de los NNA para quienes se ofrece el Dispositivo, teniendo en cuenta sus características y deseos, y finalmente acompaña el proceso de vinculación.
¿Cuáles son las competencias del/la referente?
Su rol principal es proteger a los NNA sin cuidados parentales y acompañarlos en sus necesidades integrales. Con el transcurrir del tiempo, esto posibilitará el fortalecimiento de un vínculo de confianza y afecto.
Su función implicará brindar contención, apoyo emocional, habilitar la escucha y la palabra, compartir actividades de la vida cotidiana y constituirse como adulto que pueda acompañar su proceso de crecimiento y desarrollo y orientarlo favorablemente en los proyectos personales de su vida presente y futura.
Esto implica brindar herramientas que contribuyan a la construcción y fortalecimiento de habilidades sociales, comuncacionales, personales, educativas y laborales.
La función del referente se constituye en una figura diferente de los programas de acogimiento familiar y de la institución de adopción.